martes, 27 de diciembre de 2011

El tal olvido

¡El olvido! ¡Ja! ¿Cuántos no lo invocan, esperando su favor? Así seguirán, rogándole que se apiade de ellos, que alivie el dolor.
Es que no sé qué le sucede al ingrato, que justo cuando no se le invita, llega y cuando se le precisa, se esconde entre los asuntos que tanto se quieren borrar.

Se ha de reír el muy patán, de tanto intento de dejar atrás, sin su ayuda. ¡Imposible! El sonido más común y la palabra más corriente se vuelven enemigos a muerte de eso que llaman "dejar de amar".


Todas las historias de amor fallido incluyen al olvido entre los personajes que se rehusan a colaborar con el bien de todos, haciendo añicos la esperanza de un día abrir los ojos y haber dejado el pasado atrás. Bonita forma de hacerse odiar la que ha elegido; no queda más que seguir intentando conquistar a este malagradecido, a ver si se digna pasar adelante, tomar un café y negociar todo aquello que hace mal.

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