jueves, 10 de enero de 2013

Miradas

Se cruzan, calladas.
Se encuentran, consternadas.
Se topan, avergonzadas.
Se mezclan, camuflageadas.

Miradas, sólo miradas.
Tiernas, sublimes.
Miradas, son las miradas.
Furtivas, ardientes.

Arrancan la ropa sin poner un dedo.
Deshacen la fe sin mediar palabra.
Recitan poemas sin alzar la voz.
Golpean el alma sin cerrar un puño.

Miradas, lenguaje eterno.
No conocen silencios, no utilizan palabras.
Cantan melodías que no lleva el viento.
Gritan maldiciones que no borra el tiempo.

Las miradas, traidoras.
Por mucho que guarde el amante su historia,
habrá una mirada que delate todo.
Miradas que desvelan los más íntimos secretos.

Son miradas, las que lanzamos como flechas.
Dardos venenosos, armas letales.
Mieles divinas, besos al aire.
No hay duda, mis ojos no mienten.

Sangre

Las uñas, ese rojo en las uñas.
Rojo, rojo profundo,
tan profundo, que viene de dentro.
Rojo que viene de dentro,
tan dentro, que late.

Rojo sangre, color que lleva el aroma.
El aroma de la vida y de la muerte.
La vida que se vive sin pensar.
La muerte que llega sin ser invitada.
Rojo que invita a morir.

Morir lento, gota a gota.
Frío de muerte, de derrota.
La derrota que duele a última hora.
La hora del final, del hielo.
Hielo que se tiñe de rojo.

La loza empapada en sangre.
La sangre que corre por sus manos blancas.
Manos blancas que se mancharon por amor.
Amor que no duró un día.
Un día que llegó la muerte.