viernes, 30 de diciembre de 2011

¿Quién es Twitter?

Twitter. Casi una irrealidad material en la vida muchos de nosotros. Empezó como un inocente juego de "a ver, ¿qué es esto?" y terminó siendo un buen tramo del día a día. De todo, leemos de todo un poco: amor, desamor; esperanza, desilusión; patriotismo, malinchismo; delicadezas y caballerosidades, "patanadas" y groserías; etc. Pero nos leemos.


Seguimos, leemos, faveamos, retuiteamos, listamos y disfrutamos, todos en diferente grado y a diferente nivel. Entre tantas idas y venidas, he descubierto mentes brillantes y amigos inigualables. Gente que hace de una lectura ocasional un verdadero deleite. A todos, gracias.


Gracias por seguirme, por leerme y por hacerme sentir especial. Sus menciones y recomendaciones siempre, SIEMPRE, logran sonrisas en mi rostro. 




¿Qué es Twitter para mí?
Twitter para mí no es algo, es alguien. Ese alguien es el conjunto de genialidades que leo de ustedes, partes de su mente y de su vida que osan compartir.




Que este año sea aún mejor, que me de la oportunidad de disfrutar de sus letras y ocurrencias, mientras compartimos un espacio en esta inmensa nube.


¡Sigan siendo así de maravillosos! Y ¡salud! por un año más que se nos deja ir, para que lo gocemos y hagamos de él lo que nos plazca.

martes, 27 de diciembre de 2011

El tal olvido

¡El olvido! ¡Ja! ¿Cuántos no lo invocan, esperando su favor? Así seguirán, rogándole que se apiade de ellos, que alivie el dolor.
Es que no sé qué le sucede al ingrato, que justo cuando no se le invita, llega y cuando se le precisa, se esconde entre los asuntos que tanto se quieren borrar.

Se ha de reír el muy patán, de tanto intento de dejar atrás, sin su ayuda. ¡Imposible! El sonido más común y la palabra más corriente se vuelven enemigos a muerte de eso que llaman "dejar de amar".


Todas las historias de amor fallido incluyen al olvido entre los personajes que se rehusan a colaborar con el bien de todos, haciendo añicos la esperanza de un día abrir los ojos y haber dejado el pasado atrás. Bonita forma de hacerse odiar la que ha elegido; no queda más que seguir intentando conquistar a este malagradecido, a ver si se digna pasar adelante, tomar un café y negociar todo aquello que hace mal.